Disfrutar
del arte, olvidar las masacres
»El turista alemán adora Grecia y sus parajes históricos de la Antigüedad,
pero cierra de buena gana los ojos ante la Historia reciente.«
(Martin Seckendorf, historiador)
Mañana se cumplen 58 años de la masacre de Distomo. El 10 de junio de 1944,
granaderos de la IV División Acorazada de las SS asaltaban el pueblo griego
de Distomo y asesinaban a 218 personas de ambos sexos y todas las edades.
Hemos venido para hacer públicas, una vez más, las legítimas demandas de
los supervivientes.
El Museo de Pérgamo ofrece un marco idóneo para ello: Fundado en 1875 por
el Kaiser Wilhelm IIª al poco de la creación del Imperio Alemán, que ya
aspiraba a situarse a la cabeza de las potencias mundiales, este museo respondía
al plan nacional de conferir a Alemania – tal como cita el catálogo de la
casa – »una nueva legitimación cultural en todos los campos«. En palabras
del entonces Ministro de Cultura: »Es de particular trascendencia ampliar
las colecciones de arte griego de nuestros museos, faltos hasta la fecha
de piezas originales de categoría, afín de podernos comparar al British
Museum y su catálogo de esculturas del Ática y Asia Menor.« Al poco empezarían
a llegar al Reich »a todo vapor« – el lema preferido del nuevo Imperio –
cantidades de piezas antiguas, compradas a precio de ganga a potentados
corruptos, que habían de dar lustre a la pujante potencia mundial. No es
casualidad que el primer Museo de Pérgamo se inaugurara en presencia de
Kaiser en la misma fecha que la »Avenida de la Victoria« con todos sus monumentos
militaristas.
El »amor al arte« y la empresa militar corren a menudo paralelos. Así, apenas
completada la ocupación de Grecia por las armas, Hitler dio orden de reanudar
las excavaciones en Olimpia e incluso las financió en parte de su bolsillo
... con los derechos de autor de »Mein Kampf«. El futuro supervisor de los
trabajos, un teniente de asalto de las SS, que perpetrarían en Grecia no
pocos crímenes de guerra, fue trasladado expresamente para ello a su nuevo
destino.
Tal interés por el arte helénico andaría de la mano del pillaje sistemático
de los recursos naturales de Grecia en beneficio de la economía de guerra
nazi, del menosprecio, la humillación y el secuestro de la población civil,
y del aniquilamiento de comunistas y resistentes.
La ocupación alemana, entre 1941 y 1945, se saldó con 460 poblaciones arrasadas,
60.000 homicidios de hombres, mujeres y niñ@s, 65.000 deportaciones a Auschwitz
de judí@s de nacionalidad griega – con la ayuda de la Wehrmacht, por cierto
–, y un total de 800.000 muertes, 600.000 de las cuales por falta de alimentos
que las fuerzas de ocupación habían requisado, evacuado o destruido sistemáticamente.
El 10 de junio se conmemoran otras dos matanzas tristemente célebres: la
de Oradour (Francia) en 1944, de la mano de la División Armada de las SS
»Das Reich«, con un saldo de 650 muertes; y la de Lidice (República Checa)
en 1942, donde las SS y la Wehrmacht fusilaron a todos los varones y deportaron
las mujeres a campos de concentración.
En Grecia, las tropas alemanas de la IIª Guerra Mundial perpetraron más
de 60 grandes masacres, en su mayoría poco conocidas. Además de Distomo
son ejemplares por su brutalidad las de Komeno, Kalavryta y Vianos. En Komeno
(16 de agosto de 1943) fueron 317 l@s habitantes asesinad@s por la Iª División
de Cazadores de Montaña »Edelweiß«; incluso soldados implicados en la matanza
se referirían a ella en términos de »ferocidad inusitada«. En diciembre
de 1943, la 117ª División de Cazadores destruye la villa de Kalavryta y
24 pueblos colindantes y fusila 1.300 hombres. En Creta, el comandante alemán
imparte en mayo de 1941 la orden de »actuar con extrema dureza (...) Primero:
Fusilamientos. Segundo: Contribuciones (es decir, extorsión de impuestos).
Tercero: Quema de poblaciones, previa puesta a salvo de todos los valores
en efectivo. Cuarto: Exterminio de la población masculina por zonas.« En
septiembre de 1942, una unidad de la XXIIª División de Infantería asesinaba
unas 500 personas en el pueblo cretense de Vianos.
Ninguno de los verdugos de Distomo u otra masacre en suelo griego ha recibido
condena de parte de un tribunal alemán. Todos los procesos judiciales han
acabado en sobreseimiento y la República Federal no ha pagado ni una sola
indemnización ni ha reconocido derecho alguno a reparaciones, apoyándose
en el cínico razonamiento de que las matanzas no constituyeron delito sino
que eran actos bélicos corrientes en la lucha contra el maquis. El único
desembolso, en 1961, a la ciudad de Salónica, no tuvo en cuenta la cifra
real de los daños y respondió únicamente al cálculo diplomático.
En Grecia son ya más de 10.000 las demandas pendientes de juicio. En mayo
del año 2000, el Tribunal Superior griego cifró en 55 millones de marcos
(unos 5.000 millones de pesetas) los daños sufridos por l@s habitantes de
Distomo y estuvo a punto de proceder al embargo de instituciones alemanas
como el Goethe Institut y el Instituto Arqueológico Alemán en Atenas. Pese
a ello, el gobierno federal insiste en no acatar las sentencias y se niega
rotundamente a desembolsar un solo marco o a admitir siquiera deuda alguna,
como serían por ejemplo los 7.500 millones de Reichsmark extorsionados en
calidad de »préstamo« al gobierno griego de la época, o los daños por destrucción
y expoliación de recursos naturales.
Durante 50 años, se les ha estado diciendo a las víctimas que era demasiado
pronto para elevar exigencias, por no existir un tratado de paz pertinente;
ahora, tras ser reconocido como tal el Tratado de los Cuatro más Dos, se
les dice que ya ha pasado demasiado tiempo de cara a la ley.
Esta actitud de »borrón y cuenta nueva« en lo tocante a la Historia reciente,
de jugar la baza del tiempo y de no soltar un marco ni un euro si no es
bajo presión, es una estrategia que se repite en todos los casos de demandas
de víctimas del nacionalsocialismo. Fue mucho el esfuerzo necesario para
hacer pasar las querellas de l@s ya bien poc@s supervivientes de trabajos
forzados, e incluso entre ell@s son much@s l@s que todavía no han percibido
ni el primer plazo. En cuanto a la seguna paga, nadie sabe si llegará, ni
cuándo.
En los últimos años, la nueva »República de Berlín« pisa fuerte en el parqué
de las grandes potencias. Las intervenciones militares a nivel internacional
son tan parte del cuidado de la imagen como la ambiciosa restauración de
la Isla de los Museos, que costará mil millones de euros y tiene rango de
obra de interés nacional. Para l@s supervivientes en Grecia no queda ni
un céntimo, mientras que aquí se exponen a todo bombo obras de arte robadas
hace cien años para mayor lustre de la nueva sede del Gobierno.
Hoy por hoy, la División de Cazadores de Montaña »Edelweiß« vuelve a operar
en todo el mundo y cada año rinde homenaje a sus muertos en presencia de
la cúpula política. Se honra a los »camaradas caídos« pero no a los miles
de víctimas de la división en Grecia y Jugoslavia.
Honra a los verdugos, olvido para las víctimas. Estamos aquí para evitarlo.
¡Que se cumpla con la deuda!
¡Recordar en vez de olvidar!
¡Ya basta de política de »borrón y cuenta nueva«!
Iniciativa contra el olvido |