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Desde que a partir de 1992 la Unión Europea instaurara la obligación de visado para todos los países africanos, no existe prácticamente ninguna forma legal de entrar a Europa. Desde entonces llegan miles de inmigrantes a Marruecos, con la esperanza de poder entrar sin papeles a Europa. Mientras tanto, viven en hoteles baratos en Tanger o Casablanca, o en los bosques a las afueras de Ceuta y Melilla.
Bajo la presión ejercida por Espania y la Unión Europea de evitar el tránsito ilegal a Europa, las fuerzas de seguridad marroquíes destruyeron los campamentos construidos por los refigiados en los bosques y llevaron a cabo redadas en todo el país, que se saldaron con numerosas detenciones y deportaciones a zonas desérticas en países vecinos. Por otra parte, en el 2005, el Gobierno espaniol hizo pública su intención de aumentar la altura de la valla fronteriza a 6 metros.
Quienes quisieran escapar de las redadas y las deportaciones, debían aprovechar su última oportunidad. En esta situación desesperada, los inmigrantes decidieron tomar la valla fronteriza al asalto, y en grupos de hasta 500 personas intentar cruzarla, para que al menos algunos de ellos tuvieran la oportunidad de alcanzar suelo europeo.
Uno de ellos muestra las estacas con las que los miembros de las fuerzas de seguridad marroquíes los golpearon para intentar hacerles desistir de su intento.
En las fotografías de este documental podemos observar sólo a hombres. Las mujeres disponen raramente de los medios para poder llegar hasta aquí.
Seit die EU für afrikanische Länder die Visumspflicht eingeführt hat, gibt es so gut wie keine legale Einreisemöglichkeit mehr nach Europa. Seitdem kommen Menschen aus dem afrikanischen Kontinent nach Marokko, um ohne Papiere von hier aus nach Europa zu gelangen, in der Hoffnung auf Zuflucht oder Arbeit.
Sie leben in billigen Hotels in Tanger oder Casablanca oder in den Wäldern um Ceuta und Melilla. Unter dem Druck Spaniens und der EU, den Transit für die illegale Einreise nach Europa zu unterbinden, zerstörten marokkanische Sicherheitskräfte seit Ende 2004 die Camps der Flüchtlinge in den Wäldern,
machten Razzien im ganzen Land mit vielen Verhaftungen und Deportationen in die grenznahen Wüstengebiete der Nachbarländer. Außerdem hatte die spanische Regierung für 2005 die Erhöhung der Grenzanlage auf sechs Meter angekündigt. Wer den Razzien und Deportationen entgehen wollte, musste also die letzte Chance nutzen. In die Enge getrieben entschieden die Migranten, in großen Gruppen mit bis zu 500 Personen die Grenze zu erstürmen, damit wenigstens einige spanischen Boden erreichen und so nach Europa gelangen konnten.
Auf dem Bild zeigt einer die Stöcke, mit denen die marokkanischen Sicherheitskräfte auf Migranten einschlagen, um sie zu vertreiben. Auf allen Bildern in dieser Fotodokumentation sieht man ausschließlich Männer. Frauen verfügen selten über die Ressourcen, um den Weg bis dorthin zu schaffen.